lunes, marzo 26, 2007

Rumbo a ninguna parte

Puto navegador gps. De un tiempo a esta parte no funciona muy bien que digamos. El navegador puede guiar bien durante bastante tiempo, pero llega un momento en el que deja de ser útil. La señal del gps a veces es confusa, y el programa te sitúa en una calle en la que realmente no estás. A veces te das cuenta, pero otras estás un buen rato circulando por esa calle paralela y claro, el bicho te calcula mal la ruta y te acaba metiendo por donde no había que ir.

Y luego está el problema de los mapas. Los que lleva suelen ser antiguos y cada vez aparecen más calles nuevas que no están en ellos. Y cuando llegas a una de estás calles surge la duda: ¿sigo por el camino que marca el navegador por las calles viejas? Sin duda es el camino más fiable y seguro, pero quizá sea largo y tedioso, y por una calle de esas nuevas se pueda llegar antes.

No se, pero creo que la próxima vez que aparezca una calle nueva, en la dirección adecuada, apagaré en navegador y me tiraré por ella a ver dónde coño lleva...

2 comentarios:

Manu dijo...

El problema, o la cuestión, es saber cuál es la dirección adecuada.

No, ni siquiera es lo más importante. La cuestión es el viaje en sí. Lo que te encuentras en el camino, lo que pierdes, lo que buscas. Las bifurcaciones en las que decides por dónde ir. Las rotondas en las que a veces te quedas un ratito dando vueltas. Las de circunvalación, que si te descuidas te llevan al punto de partida. Las cuestas abajo, que tienes que echarle cojones y decir "¡Que sea lo que Dios quiera!", o las cuestas arriba, que no veas si joden, pero cuando las terminas dices “¡Ole!” y el cuerpo se te queda a gusto.

Sí, creo que lo más bonito es el camino.

Dory dijo...

A la mierda el GPS. A la piscina, tenga o no agua.

Esto me recuerda unas líneas que leí hace tiempo:

"Te tapas los ojos a ese precipicio al que te gustaría saltar y a seguir la sendita recta, bien trazada, sin salirse de ella, la vida tendrá que ser así. O al menos así se supone que hay que vivirla.
...
Y para seguir esa línea, como a los caballos, unos buenos chirimbolos que tapen la visión de lo que hay a izquierda y derecha. Y a veces me centro eh! Consigo ir por mi senda sin despistarme, incluso ver lo que hay al fondo. Pero siempre aparece, me tendré que agachar para no verlo, esconderme, y que pase a mi lado sin enterarme, sin girar la cabeza. Mierda! Me está tirando del brazo! Y no puedo soltarme! Mierdaaaaaaaaaaaaaaa! Otra vez lo mismo, otra vez tira de mí y hace que me salga de la senda… Por que no caminará a mi lado? Así puede que las cosas fueran más sencillas. No, se dedica a aparecer de vez en cuando, para darme un empujón y sacarme de mi línea recta. Si fuera a mi lado, sería más fácil. Esta vida… mira que elegir como vivirla tan pronto, y no untar en otras salsas. Antes o después hay que pasar por ciertas cosas, las cosas terminan por vivirse, por que a todos nos inquieta… pero yo voy a ver si me escondo."


A veces es mejor no esconderse.